BLOG

Viaje de cata por los terroir mas aclamados del mundo

Seminario Premium de Vinos del Mundo en Bouquet d’Alella

El fin de semana pasado, entre los viñedos bañados por el sol de la bodega boutique Bouquet d’Alella, tuve el placer de guiar a una audiencia extraordinaria a través de un Seminario Premium de Vinos del Mundo, un viaje que cruzó continentes, latitudes y siglos de tradición vitivinícola.

El objetivo: comprender el alma de los grandes vinos descifrando la conexión entre terroir, viticultura, vinificación y expresión sensorial.

La cata se desarrolló como una narrativa, cada copa un nuevo capítulo en la historia de cómo el lugar, las personas y el tiempo se entrelazan para crear los estilos de vino más distintivos del mundo.

La Pureza de los Blancos: Latitud, Luz y Mineralidad

Luciano Wehrli – DipWSET

Empezamos en el Hemisferio Sur, con un estallido de Sauvignon Blanc de Marlborough, Nueva Zelanda, un vino que prácticamente expresa la luz misma. La alta radiación UV, las largas horas de sol y los suelos aluviales pedregosos generan un perfil característico de pomelo, hierba, fruta de la pasión y ralladura de cítricos, amplificado por compuestos azufrados llamados «tioles» liberados mediante una vinificación reductiva controlada. Una lección perfecta sobre cómo la intensidad climática y la gestión de la canopia moldean la precisión aromática.

De allí viajamos a Meursault, Borgoña, un contraste de textura y sutileza. El Chardonnay, nacido sobre suelos de caliza y margas, mostró el efecto del bâtonnage y la crianza en roble, donde la autólisis de las levaduras enriquece el volumen en boca y la integración del oxígeno añade capas cremosas de avellana y brioche. El grupo exploró cómo la fermentación maloláctica convierte una acidez málica punzante en una suavidad láctica mas suave.

Finalmente, llegamos al Valle del Mosela, Alemania, para degustar un Riesling que bailaba entre sutil dulzor y acidez, presentando sus aromas típicos a cítricos y el clásico aroma a carburante (TDN). La retención de calor de los suelos de pizarra, las pendientes extremas y la larga temporada de maduración ilustraron cómo la inercia térmica y el estrés hídrico pueden producir vinos de tensión eléctrica y precisión cristalina.

El Poder de los Tintos: Altitud, Latitud e Intención Humana

Bouquet d’Alella Winery

El segundo vuelo se centró en variedades tintas, explorando cómo el terroir puede esculpir estructura y complejidad aromática.

Regresamos a Nueva Zelanda, esta vez a la fresca y ventosa Martinborough, donde el Pinot Noir prospera en suelos de loess y gravas. Elegante y perfumado, marcó el tono para comprender cómo la madurez fenólica y una extracción delicada moldean vinos de finura en lugar de fuerza.

Luego llegó la altitud, literalmente, con un Malbec de Salta, Argentina, procedente de viñedos de alta montaña a 3000 metros. La marcada amplitud térmica y la intensidad solar producen color profundo, taninos aterciopelados y aromas de violetas, un ejemplo vivo de cómo la síntesis de antocianos inducida por UV define los vinos de altura.

La cata continuó hacia Australia, donde un Shiraz de una zona cálida demostró el arte de lograr fenoles maduros equilibrados con roble controlado y filtración mínima: potencia pulida con precisión.

Desde Stellenbosch, Sudáfrica, probamos un blend de Cabernet que unía la estructura del Viejo Mundo con la generosidad del Nuevo, demostrando cómo los suelos graníticos y la influencia marítima convergen en equilibrio.

Finalmente cruzamos al Pacífico Noroeste para degustar un Cabernet Sauvignon del estado de Washington, oscuro, refinado y expresivo de sus suelos basálticos y su clima continental moderado por el río Columbia. La conversación destacó la relación entre minerales del suelo y pH, influyendo no solo en la estructura sino también en el relieve aromático.

La Sabiduría del Tiempo: Tradición y Crianza

El último vuelo fue un diálogo entre historia y evolución.

Un Rioja Gran Reserva, sedoso, complejo y sutilmente marcado por una crianza oxidativa, ilustró cómo el roble americano, la micro-oxigenación y la crianza en botella generan notas secundarias de coco, especias y terciarias de cuero, tabaco y fruta deshidratada.

Luego llegó Pauillac, Burdeos, arquetipo de la noble austeridad del Cabernet Sauvignon. Sus suelos de gravas, la influencia atlántica y siglos de savoir-faire se combinan para producir un vino de capas de cassis, grafito y cedro, una auténtica clase magistral de cómo la estructura y la longevidad se construyen desde la geología y la moderación humana.

Y finalmente viajamos a Jerez, donde degustamos un Palo Cortado Lustau VORS 30 años, presentado por mi amigo Lucas Gailhac (experto en vino y jerez, WSET3). Un vino que une la frescura de un Amontillado con la profundidad de un Oloroso. Con notas de piel de naranja, avellana tostada, madera barnizada y umami salino, recordó al grupo que el tiempo no solo envejece el vino: lo esculpe. Exploramos cómo la oxidación controlada, el sistema de criaderas y soleras y la crianza biológica generan una complejidad que solo la paciencia puede lograr.

Esta comparación final permitió a los participantes degustar el tiempo mismo, sentir cómo la lenta transformación de taninos y ésteres en botella puede alterar por completo la arquitectura aromática del vino.

Más Allá de la Copa.
La Ciencia de la Sensación

A lo largo del seminario practicamos técnicas de cata a ciegas, con un enfoque en el razonamiento analítico más que en la intuición. Los participantes aprendieron a identificar marcadores clave de origen, clima y vinificación, desde la intensidad de tioles hasta la integración del roble, desde trazas de ácido málico hasta fenoles volátiles.
Discutimos cómo la crianza modifica la expresión molecular, mientras los ésteres se hidrolizan y se forman aldehídos, enriqueciendo la paleta aromática del vino.

Recordé al grupo que la esencia de la cata a ciegas no reside en adivinar la etiqueta, sino en comprender el diálogo entre la naturaleza y la técnica.

Cena Premium con Chef Privada en la Bodega

Para cerrar la noche, disfrutamos de una cena premium privada preparada por la chef Annette Schroeder (@chef_annette_schroeder), diseñada para combinar con la elegancia de los vinos y el entorno mediterráneo.

Comenzamos con un gazpacho de melón con menta y almendra, seguido de una sopa de temporada, ambas pensadas para despertar el paladar.
El primer plato, una ensalada de la casa con vinagreta de miel y mostaza, ofreció un interludio fresco y equilibrado antes del plato principal: un roast beef perfectamente cocinado con pimienta y romero, acompañado de unas delicadas patatas gratinadas.

La cena concluyó con una pannacotta sedosa cubierta con frutas de temporada, un final refinado que reflejó la finura de los vinos catados durante el seminario.

Beautiful scene of Bouquet d’Alella Winery – Alella DO

Los vinos disfrutados en la cena fueron:
Bouquet d’Alella Garnacha Blanca Brisat, Bouquet d’Alella Syrah, Priorat Scala Dei Cartoixa 2019, Domaine de Ferrand Châteauneuf-du-Pape 2022, Brunello di Montalcino Pianrosso 2017.

Mis reflexiones finales

Ya entrada la noche, sobre las laderas mediterráneas de Alella, mi pueblo, con las copas vacías pero la mente llena, me recordé de que los grandes vinos son mucho más que jugo de uva fermentado: son memoria geológica, creatividad humana y arte bioquímico en forma líquida.

Desde la expresividad de Marlborough hasta las gravas eternas de Pauillac, este seminario reafirmó que, aunque las regiones difieren, la búsqueda del equilibrio, la autenticidad y la emoción es universal.

Porque al final, el vino no trata solo de lo que saboreamos, sino de lo que comprendemos.

Gracias a todo el equipo de Bouquet d’ Alella y al equipo de Vinademy Wine Academy.

Luciano Wehrli – DipWSET – Weinakademiker

Carrito de compra
Scroll al inicio
Ir arriba